Pequeña historia existencial…


Minutos cuenta la noche para que acabe la agonía de las estrellas.
Duele en la mente del Cuyeo, el camino de piedra en el que baila sin pernoctar.

Los pies cuelgan de la cama en que el insomnio cobija la preocupación.
Como en otras muchas ocasiones atrás, está sólo en el conteo regresivo.

Hablar con los muertos puede causar ansiedad por conocer más allá del hoy.
Pero el silencio del que no tiene compañía es la enfermedad más temida.
Cuando nos vemos cara a cara del demonio es que entendemos el miedo.

La tristeza puede comerse con pan y café a las diez de la noche
y no hay efectos secundarios en la ya maltratada mano izquierda.

Lagunas de azufre azulado en donde habita el que camina en silencio.
Guatusas amigas de la tarde que no pasa inadvertida para la flor de la heliconia.

Muy pocas palabras en latín pueden ser utilizadas entre el homo sapiens
y los congéneres del animal nocturno en que se convierte mi cuerpo.

Rodeado por otros seres, creados a imagen y semejanza del creador
de seres egoístas, megalómanos destructores de mundos para soportar sus mundillos.

Ahora espero la sentencia del que sabe sanar cuerpos como bendición para la vida.
Apresúrate, Oh Dios del Tiempo, en tu conteo de granos de arena que caen.
Dale paso al Sol que poco a poco deja de ser el niño bueno que quiso mamá.

Llaman a la puerta del olvido unas pequeñas manos temblorosas
cuyos vicios regresan en el vendaval cotidiano de una parodia de existencia humana.

Subo montañas para no encontrar el fuego que juraron habitaba en el templo.
Bajo nubes por olvidar a la guía de Dante entre los paraísos.

El señor K. parece monótono en su delicado camino de ocultas verdades.
Hace tiempo que Sábato no reza porque me enamore de sus personajes.

Me convierto en parte de la narración en la peor escena de la obra.
El narrador omnisciente ha dejado de contar, para ser objeto de
la trama intrincada del valle de lágrimas al que hemos sido condenados.

Una nebulosa de papel periódico envuelve las vidas de aquellos que duermen
afuera de la burbuja de estereofon y poliéster.

Pero ella sigue intacta en el castillo y no consigo el frijol mágico.
Triste es la repetición de hechos que gobierna mi mente,
como única razón creo entender que algo he de pagar con esto.

22-junio-2008
2am

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