Besos y Abrazos


Nacen de noche, o en el momento previo al aguacero de las tarde de Mayo.
Llegan entre letras, al final del mensaje, justo antes de la firma.
Soy golpeado por ellos, por su procedencia en ambos casos improcedentes,
inmóvil quedo y el vacío domina mi mente, que no permite respuesta.

Las palabras vienen en direcciones distintas hacia el mismo lugar,
pasan a mi lado, me tocan, dan frío y no tengo reacción.
Es como escuchar pasos en la casa oscura, creer que vienen en dirección a tu recinto,
esperar el abrirse de la puerta.
Pero el silencio lo vuelve a tomar todo.
No hay nadie.

Son solo palabras, modismos, fórmulas preexistentes en el uso y la costumbre.
Debo interpretarlo de esa forma, saberlo así, creerlo así. Caminar de prisa lejos
de cualquier idea distinta a la realidad, de cualquier premonición inútil del porvenir.
Escaparme a la mente que plantea hipótesis Socráticas respecto de la existencia de las
cosas.

Besos y abrazos como despedida, que sabe a retorno, que huele a las nubes cargadas
de agua y viento, sobre los cercanos cerros, en dirección a vos.
Besos y abrazos como despedida, que suena ha llamado, que incita a la aventura, al salto
al lago profundo del delirio, entre las rocas de la equivocación.

Los mensajes entre la vida y la esperanza,
últimamente terminan con Besos y Abrazos.

22/5/08

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