Hijo único


La mentira se puede ver en los ojos del que no te mira,
del que habla sin observarte o responde en monosílabas
que rebotan con sus ojos en el suelo.

Se puede sentir en el abrazo que no es más que un trozo
de piel y hueso que golpea tu espalda sin calor.
O la dulce fragancia del beso que pide alejarte
antes de querer devorar tus labios.

La mentira yace en el canto de un tucán a las
primeras horas del amanecer.
Se puede acostar a tu lado justo en el
momento en que nadie más acompaña tu cama.

La mentira es una voz que me pide auxilio
en el fondo miserable de tus recuerdos.
Tu mano en la noche a lomos de un bolígrafo.

Todo lo que ves y lo que piensas,
tus anhelos y sueños llenos de esperanza.
La vida y toda posible alternativa.

Somos el hijo único de la Madre mentira
amamantándonos de falsedad y mirando el
vacío del futuro, ese Padre protector
del insulso.

16-Feb-2009

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