En esos días que llueve


Al sur del Trópico de Cáncer donde la lluvia es parte inherente del entorno
y en estos días se convierte en la compañera del café de la mañana,
de la espera del bus por la tarde.

Es ella quien te cuenta historias por la noche.
Te dice gota a gota que tan lejos estás de tu casa.
Y te cuenta segundo a segundo los minutos golpeando tu ventana.

Hace imposible descansar en las aceras llenas de agua; mojando el cartón, la cama.
Hace imposible dormir entre las latas. Casa, a la orilla del río.

Confunde los caños con riachuelos y hace ingresar las ratas y serpientes a las galeras.

Aquí donde decir lluvia es decir buenos días, feliz tarde, buenas noches.
Donde el asfalto deja correr líneas interminables de agua hacia
los torrentes de cloacas, hacia los ríos, de vuelta al mar lejano de Puntarenas.

En medio del agosto invernal en que se ha convertido agosto,
como respuesta al quehacer del hombre.
Solo hay silencio en los rostros.

Agosto-2006

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