El Gallo Canta

Dónde clavan esos martillos temblorosos sus sueños y qué preguntas se hacen esos carpinteros antes de dormir.
Cómo esperan la mañana siguiente sin temor a ese día venidero y la máquina demoledora hacia la que les conduce el Metro del alba.
No tendrán frío al cerrar los ojos y escuchar el corazón golpearles el pecho vacío de anhelos y esperanzas.
Acaso el sol y la luna giran adheridos al cielo como un tiovivo en imagen digital, cambiando el cartón a según el momento televisivo en el que se encuentre el espectador.
Somos personajes animados de ayer y hoy, para mañana convertirnos en pasado, a blanco y negro lentamente mostrados ante la conmemoración de un antiquísimo hecho; aquello que pudiéramos llamar Historia.
¿Por qué abrir los ojos a las seis menos diez y no a las cinco y cincuenta?
Sos un ser o una imagen traducida de un cero al lado de un uno al lado de un cero.
Toda razón exige una pregunta. Toda respuesta conlleva un problema.
Cada movimiento es producto de un verbo.
El acto omiso contempla la realización de un fin.
Tus ojos se abren en unísona sincronía cromática con la luz que obturan tanto tus pupilas como tu mente.
Pero ya se hace tarde, el gallo canta. Apaga la luz.