Respuesta 2
“En que la vida nos devuelve distintos.
Hermosamente distintos”**
Me invento a cada minuto.
El mar va y viene entre alcohol, amigos y música.
Camino despacio por mi alma recogiendo pedazos de noches perdidas en la memoria.
Qué clase de amanecer nos traerá la luna, qué color de ojos tiene el niño de la calle.
Paseo por todos lados sin buscar respuesta a nada, ya no doy consejos soy un hombre que calla.
Qué maravilla es ver como crece la hiedra sobre la pared, tapándola, ocultando cada trozo de cemento y olvidando su propio soporte.
Las luces del barrio son cada vez menos y cada vez más fuertes, lástima que no recuerdo dónde vivo.
San José es frió en verano cuando la sangre se calienta con veneno embotellado.
Las palomas se asolean sobre la jaula esperando que la tentación desaparezca y nadie logre atraparlas.
La mentira es el mejor camino para ocultar el miedo y la madre de todo silencio.
Mañana veré la noche caer en otra casa y me reiré de saber que en la mía no sale el sol.
Dos cosas me hacen volver a nacer.
Las tardes de mar dorado en la rica costa de Costa Rica.
Y las noches de silencio en los territorios robados al rey Curridabat.
Pero mientras reencarno en sueño de una noche de verano, pienso sentarme unos días a verme divagar por la historia de un trovador errante, a quien le negaron el derecho a saber la verdad.
Ahora solo queda esperar el café prometido de mañana y un abrazo lejano en la memoria.
21-set-2005 (Digitalizado)
** No sé por qué las comillas.
Hermosamente distintos”**
Me invento a cada minuto.
El mar va y viene entre alcohol, amigos y música.
Camino despacio por mi alma recogiendo pedazos de noches perdidas en la memoria.
Qué clase de amanecer nos traerá la luna, qué color de ojos tiene el niño de la calle.
Paseo por todos lados sin buscar respuesta a nada, ya no doy consejos soy un hombre que calla.
Qué maravilla es ver como crece la hiedra sobre la pared, tapándola, ocultando cada trozo de cemento y olvidando su propio soporte.
Las luces del barrio son cada vez menos y cada vez más fuertes, lástima que no recuerdo dónde vivo.
San José es frió en verano cuando la sangre se calienta con veneno embotellado.
Las palomas se asolean sobre la jaula esperando que la tentación desaparezca y nadie logre atraparlas.
La mentira es el mejor camino para ocultar el miedo y la madre de todo silencio.
Mañana veré la noche caer en otra casa y me reiré de saber que en la mía no sale el sol.
Dos cosas me hacen volver a nacer.
Las tardes de mar dorado en la rica costa de Costa Rica.
Y las noches de silencio en los territorios robados al rey Curridabat.
Pero mientras reencarno en sueño de una noche de verano, pienso sentarme unos días a verme divagar por la historia de un trovador errante, a quien le negaron el derecho a saber la verdad.
Ahora solo queda esperar el café prometido de mañana y un abrazo lejano en la memoria.
21-set-2005 (Digitalizado)
** No sé por qué las comillas.