Noches de Luna y Mañanas de Sol


La mañana con el Sol secando los charcos de ilusiones creados por la noche.
La Luna Llena parecía traer puertas de aventura y besos.
Pero la Luna dura lo que la noche y acaba con el amanecer.

Y aunque la resaca te deja pensando por unas horas lo vivido,
no es nada que un par de pastillas no puedan quitar de la mente.

La verdad a veces tiene sabor a café recalentado, viejo, quemado.
La desilusión es la cura para las falacias que nos creamos para seguir viviendo.

Dejan las mañanas soleadas un dulce olor en el recuerdo.
Las noches de Luna Llena dejan colores, rostros, botellas y la certeza
de un malestar al amanecer, con el Sol devolviéndote el ingrato relato de la vida.

Tarda poco el alba alegre de pájaros que danzan entre las nubes y las flores de la platanilla.
Llega pronto la voz de ¡alto al sueño! y nos lanza de vuelta al vacío de los días previos.

Puedo ver la luz como una bendición y correr hacia la cotidiana estructura de actos.
El mismo Sol se convierte en maldita conciencia de nuestra existencia, si así lo quisiera.

Voy a dejarles por un momento.
Tengo un rincón en el que me siento a pensar que nada ha sucedido
y hoy necesito visitarlo.

18-Jun-2008

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