Palabras de marzo


Una tarde de noviembre prometí no llamar
y tuvo que llegar marzo,
pasar Silvio y unos cuantos aviones
para llegar hasta el teclado y preguntar cómo estabas.

Pero sabía la respuesta era vacía de sentido,
no importa que tan bien estés está mañana,
que tan ocupado esté o deba estarlo.
Eso no es lo que mi pregunta llevaba por finalidad.

Vos como siempre, inteligente,
has contestado lo que se debe en esos momentos
y aún mejor, has dejado la pelota picando de mi lado izquierdo,
a sabiendas de que mi revés es lento y predecible.

Ahora desde la orilla del Lago del tiempo,
me detengo por completo y no puedo decidir
si lanzarme al agua helada de la vida o quedarme
en la orilla segura del recuerdo.

Nuevos personajes se han sumado a la obra aún por editar,
conversando en lenguajes nuevos, alejados por distancia o
por el tiempo que los años han sumado en mi pecho.
Sin director no sé cómo montar esta trama.

El frenesí de la vida ha vuelto a dibujar autopistas,vehículos y telarañas en las manos de mi piel.
Pero incompleto he de estar para completarme tal y como
lo soñaba de niño, lo imaginaba de adolescente y lo veré de anciano.

Amanece despacio en la vida,
eso lo debemos entender al nacer de nuevo,
se acaba la voz en la palabra que quieta espera el grito de ¡Alto!
O el susurro de un “Continuemos el camino….”


Marzo 7 2008

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