Mientras Sabato esté vivo

Mientras Sabato esté vivo,
los ojos de la lluvia podrán ser grandes como hojas de guarumo
y arrullar a los niños en las cunas.

Las noches por más heladas que parezcan,
tendrán parques como el Lezama
para que las estatuas lleguen a poblarlas y desaparezcan.

Alejandra esperará a su Martín
entre las llamas del exterminio humano,
junto a los ciegos de espíritu que adormecen las tardes del pintor.

Es extraña esta pregunta recurrente en mis vidas, presentes, futuras y pasadas,
entre mis amores y desilusiones o como ahora que estás vos
cantando onomatopeyas en el jardín de los sueños.

No sé qué pase la nefasta tarde, el indeseado día,
la temible noche que me entere de la muerte de don Ernesto.
Pero mientras esté vivo el de Rojas, Provincia de Buenos Aires.

En sus Santos Lugares.
No queda más que seguir caminando túneles y saliendo por las tardes
a ver en los ojos del extraño, ese color en que se nos palidece la carne.

29-abril-2010

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