Lo que nos oculta

Detrás del silencio escandaloso de las calles,
donde el pito y frenado, caucho y claxon,
asfalto y aceite quemado, reducen el mundo
a un pedal acelerador de pistones y un minutero
que corre sin dirección, acelerando nuestro paso
rumbo a un destino mediato, insignificante.

Soslayado por los rostros inertes del escucha,
del estudioso del texto, culto escribano del dictado
cansado de quien repite el sermón año con año.

Opacado por otros seres que brillan
en un mundo cultivado con egoísmo y codicia,
donde la avaricia es el jardín de la envidia.

Insospechado por el conglomerado,
temido por dos o tres, sigilosamente,
premeditado en la oscuridad del deseo.

Ahí yace tu rostro.

21-nov-2008

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