Dos días de enero


Zigzaguea el Reventazón entre montañas y
revienta el sol contra sus aguas.
Es tanta la luz que achican los ojos
y pretende ocultar un Turrialba humeante.
Enero se acuesta a mal dormir en sus últimos días
presagiando un febrero lleno de papeletas y discursos.

Aún es posible contar historias en un nuevo Puerto Viejo
donde los rubios cabellos son dueños del pueblo del negro y el indio;
por más que el celeste Caribe quiera ocultar con su belleza
que el tiempo ha inevitablemente pasado con sus consecuencias
escritas en alemán, francés e inglés por “Locales” para quienes
esas lenguas son maternas y no producto de la preparación escolar.

El Zurquí es siempre un túnel,
el Braulio un gigante verde de todos los colores,
una nube cobija las copas sin ocultar el sol, y el frío aire
del húmedo bosque tropical refresca el rostro
de quien se conmueve con sus paredes llenas de vida
en cada musgo, cada helecho, cada hoja, cada árbol
y la caída de agua helada.

24-01-2010

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